Ecología y forma de vida de la bacteria Legionella: cuestiones que tener en cuenta
Conocer la ecología y la forma de vida de la bacteria Legionella resulta una cuestión fundamental. No solo para conseguir un correcto control y para comprender la importancia de su prevención y análisis continuo en instalaciones. Contamos con una serie de factores que debemos tener en cuenta respecto a su tamaño, su tasa de reproducción dependiendo de la temperatura y su compleja vida social.
En la entrada de hoy nos sumergiremos en torno a estas tres variables. Además, conoceremos cómo el control de la bacteria resulta una cuestión fundamental. Debido a la compleja vida social de la bacteria y las técnicas actuales, la erradicación de la bacteria Legionella no es posible. Por ello, debido a su carácter resistente, el objetivo principal es establecer mecanismos de control que nos ayuden a mantener la concentración de la bacteria al menor nivel posible en el conjunto de las instalaciones.
Aspectos básicos que tener en cuenta
Tamaño de la bacteria Legionella
Se trata de una bacteria con forma generalmente de bacilo y que oscila entre las 0,3 y las 0,9 micras de ancho, con una longitud de entre 1,5 y 5 micras. Se trata de un microorganismo aeróbico estricto. Es decir, necesita oxígeno para su supervivencia. Al fin y al cabo, estamos hablando de seres vivos que miden micras, no se ven a simple vista. Cualquier lugar, por pequeño que sea, es suficiente para que la bacteria viva.
Temperatura y tasas de reproducción
Una de las principales características de esta bacteria es su capacidad para sobrevivir en un amplio intervalo de condiciones físico-químicas. En las temperaturas ubicadas entre los 20ºC y los 45ºC, su capacidad de crecimiento se multiplica. Su temperatura óptima de crecimiento se encuentra, asimismo, entre los 35ºC y los 37ºC. Es importante tener en cuenta que la bacteria no puede soportar temperaturas superiores a 70ºC.
Sabemos que temperaturas por encima de 45 ºC grados no permiten la reproducción de la bacteria y a temperaturas inferiores a 20 ºC la velocidad de replicación se reduce considerablemente. Por tanto ,en cuestión de días una instalación sin control puede pasar de muy bajas a elevadísimas concentraciones. Se convertiría, así, en peligrosa cuando antes no lo era. Por esa razón, el seguimiento y control son cuestiones muy importantes.
Es necesario tener en cuenta una característica biológica de esta bacteria. Nos referimos a su capacidad de crecer intracelularmente tanto en protozoos como en macrófagos humanos. Además, la presencia de amebas en determinados ambientes e instalaciones es un mecanismo de supervivencia de la bacteria Legionella en condiciones ambientales desfavorables. Una situación que convierte en más difícil su eliminación.
La bacteria se encuentra en su medio natural, por lo general, en bajas concentraciones, pero en número suficiente pueden contaminar circuitos de agua artificiales. En ellos, encuentra condiciones favorables para su multiplicación y diseminación.
Compleja vida social
La Legionella es una bacteria parásita, que parasita organismos superiores como amebas y protozoos. En su interior encuentra todos los recursos necesarios para su desarrollo. Pero, sobre todo, le sirve como medio de transporte y escudo protector frente a distintos sistemas biocidas. Además, las bacterias, bien en su estado libre o bien como parásito, no viven en el agua circulante, sino el biofilm, donde consiguen una mayor protección frente a cualquier ataque. Por otra parte, la bacteria Legionella tiene la capacidad de cambiar de morfología. A algunas de ellas les permite incluso resistir a condiciones adversas como biocidas.
Prevención y análisis: cuestiones clave
Por tanto, la prevención y el análisis se configuran como los dos elementos y herramientas para mantener a raya la presencia de bacteria Legionella en las instalaciones. Análisis frecuentes, que nos permitirán actuar de forma directa y concreta ante la aparición de concentraciones elevadas de la bacteria.
En resumidas cuentas, el análisis de Legionella es la herramienta que conduce y dirige las acciones de control.
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