Los 5 mitos más comunes sobre la Legionella

La Legionella es una bacteria que puede encontrarse en sistemas de agua y causar enfermedades graves como la legionelosis. Sin embargo, hay muchos mitos y malentendidos en torno a esta bacteria. En este artículo, desmitificaremos algunos de los conceptos erróneos más comunes sobre la Legionella y proporcionaremos información precisa y útil sobre cómo abordar este riesgo.

Mito 1: La legionella produce salmonelosis

La Legionella no es una enfermedad en sí misma, sino el nombre coloquial de una bacteria en forma de bacilo que pertenece al género Legionella, específicamente a la especie Legionella pneumophila. Esta bacteria fue identificada en 1976 como el agente causante de un brote epidémico que afectó a 182 asistentes a una convención de la Legión Americana, de ahí su nombre. La Legionella puede provocar legionelosis, que se manifiesta en dos formas de enfermedad: neumonía, conocida como “enfermedad del legionario”, y “Fiebre de Pontiac”.

Mito 2: La Legionella solo afecta a personas mayores o inmunocomprometidas

Contrario a la creencia popular, la Legionella puede afectar a personas de todas las edades y niveles de salud. Las personas mayores, fumadoras, aquellos con sistemas inmunológicos debilitados y aquellos con afecciones respiratorias crónicas tienen un mayor riesgo de enfermarse gravemente, pero nadie está completamente exento.

Mito 3: La legionelosis es contagiosa y se transmite de persona a persona

A día de hoy, no se han registrado casos de transmisión de persona a persona o por ingestión. La forma de contagio es a través de las vías respiratorias por inhalación de aerosoles o aspiración de agua con elevadas cantidades de esta bacteria en ella.

Mito 4: El cloro elimina por completo la Legionella en el agua

Si bien el cloro es un desinfectante efectivo para muchas bacterias y virus en el agua, la Legionella puede ser resistente a los niveles normales de cloro presentes en los sistemas de agua potable. La bacteria puede formar parte de las  biopelículas que la protegen del efecto del cloro, además el complejo ciclo vital de la bacteria (parásita, distintas morfologías, etc) hace que en muchas ocasiones se muy difícil de atacar, lo que requiere enfoques de desinfección adicionales para controlar su proliferación.

Mito 5: Los sistemas de aire acondicionado son las principales fuentes de infección

Los sistemas de aire acondicionados domésticos, no suelen ser fuentes de infección de legionella. Sí lo son, los sistemas auxiliares a los sistemas de climatización industriales, como torres de refrigeración o humidificadores, pero no los equipos sencillos instalados en los domicilios.