Los sistemas de aire acondicionado en locales de pública concurrencia y la COVID-19

La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria junto con la Sociedad Española de Sanidad Ambiental han elaborado un documento titulado “Los sistemas de aire acondicionado en locales de pública concurrencia y la COVID-19″

En los medios de comunicación y en las redes sociales se aprecia cierta preocupación por si los sistemas de aire acondicionado pudieran favorecer la infección por CoV-SARS- 2. Este documento recoge algunas consideraciones sobre el tema, formuladas desde nuestras sociedades científicas y profesionales.

Qué dice la bibliografía

Sobre el posible rol del aire acondicionado en realidad se sabe poco. La única referencia bibliográfica es un comentario en un artículo que describe un brote de nueve personas en un restaurante en Guangzhou, China a partir de un infectado (Lu et al). Los autores de este trabajo dicen que el aire acondicionado podría haber favorecido la difusión de gotas pequeñas del caso índice más allá de dos metros, hasta llegar a otras mesas del local (no deja de ser una especulación ya que podrían haber operado otros mecanismos de contagio). Otro artículo que se ha citado sobre la transmisión en un autobús que se publicó en una revista china ha sido retractado (Retraction Watch). Se ha invocado un estudio sobre un brote en un call center en Corea como prueba del papel del aire acondicionado diseminando la infección, pero en este trabajo ni se habla de esta posibilidad, y los autores concluyen que la causa principal de transmisión fue el extremo hacinamiento de los trabajadores (Park et al).

También hay trabajos que han estudiado la presencia de virus en aerosoles en diferentes espacios, en general dentro de hospitales o relacionados con hospitales, analizando su aerodinámica. En uno de ellos se constató la relevancia de la ventilación y desinfección de los aseos (Liu et al). Finalmente, en un experimento se generaron artificialmente aerosoles con virus, comprobando que tres horas después había títulos viables (van Doremalen et al). Aunque en la correspondencia que generó el artículo en la misma revista quedó claro que las condiciones del experimento de aerosolización no son en absoluto extrapolables, este trabajo es muy invocado. En todo caso, sus resultados apuntan a la importancia de la renovación del aire, cosa en la que hay un acuerdo general.

Contexto y criterios para locales de pública concurrencia (no sanitarios)

En el reinicio de actividades hay que adoptar medidas preventivas, entre otras habrá que valorar conjuntamente con el aire acondicionado aspectos como la actividad, la dotación de personal, el aforo, las dimensiones y distribución del espacio, las condiciones de los aseos, las aberturas externas, y las prácticas de limpieza en las instalaciones, el objetivo es disminuir el riesgo de transmisión aérea del virus SARS-COV-2.

La probabilidad de que el virus entre en el sistema de climatización o extracción de aire y se difunda por los conductos es muy baja, aun así se debería garantizar una renovación suficiente, captando el aire exterior en un lugar apropiado, y favoreciendo la renovación respecto al confort climático y la eficiencia energética

En todo caso la apertura de ventanas permite renovar el aire y se puede aplicar antes, después, y tal vez incluso durante el funcionamiento de los servicios (si la renovación de aire con el sistema de aire acondicionado es alta, podría no ser necesaria). Si el edifico no puede realizar esta ventilación de forma natural o forzada tendría que recurrir a sistemas específicos de higienización del aire.

Las normas habituales sobre cómo obtener una buena calidad del aire en oficinas que están incluidas en la normativa vigente (el RITE) parecen suficientes para nuestros espacios de trabajo, que exigen lo que el RITE llama una ‘buena calidad del aire interior’ (ADI2). En otros espacios como los propios de la atención sanitaria el mismo RITE es más exigente (ADI1).

En relación a la inquietud sobre que el virus se reproduzca en las instalaciones de aire acondicionado no tiene ningún sentido. El virus no se puede reproducir sin invadir células humanas, por tanto la limpieza de conductos o el cambio de filtros de aire exterior no tienen ningún efecto práctico, salvo cuando corresponda llevarlo a cabo.

Es importante mantener la higiene y en su caso desinfección de suelos, muebles, equipos, etc. para eliminar el riesgo de contagio por posible contaminación de superficies por el virus y resultará efectivo el uso de mascarillas para reducir las emisiones de gotículas que pueden contagiar a otras personas o las instalaciones.

Los lavabos son fundamentales para prevenir la transmisión: el lavado de manos con agua y jabón es clave. Hay que garantizar la limpieza y la ventilación frecuente de las instalaciones. Se ha comprobado la excreción fecal del virus por las personas infectadas y aunque no está documentada esta vía como forma de contagio, para no favorecer la posible difusión del virus se recomienda cerrar las tapas de los WCs antes de descargar el agua. Se debería revisar como circula el aire durante el funcionamiento de las instalaciones para evitar que el aire fluya de los aseos al resto del edificio.

Para visualizar o descargar el documento completo de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria y la Sociedad Española de Sanidad Ambiental aconsejamos que accedas a la guía completa aquí, a fin que pueda ser de interés y utilidad.